Pequeña era la niña, aunque con grandes sueños. De nube en nube saltaba cada noche en sus pensamientos, Mary. Ella era Mary.
Su larga trenza rubia, suave y sedosa, resbalaba en la mesa con una gran comida, parecía un buffet, pero esa mañana no tenía apenas hambre.
Un vaso de leche caliente, con dos pequeños trozos de bizcocho. Total, para ella, nada.
Lo empapaba bien el bizcocho de chocolate y virutas en la leche, hasta que se quedó sin ella de tanto mojar, entonces, se empezó a nublar el día y a esconderse las golondrinas, quería decir que iba a llover.
Empezó a chispear, pero poco a poco empezó a tronar, más y más, Mary se asustaba del ruido, y su madre la abrazó y la explicó:
- Pequeña Mary, no te preocupes, solo son nubes que chocan por el viento, pero se pasará, tranquila, toma un osito.
La niña, miró ruborizada al osito, y se dio cuenta de que el osito, tenía algo raro. Especial tal vez. Diferente a los demás ositos.
Mary, comentó:
- Ya pero... además es de noche y las puertas empiezan a sonar... nunca habían sonado hasta ahora.
La madre, dudó, en que decirla, y la dijo al final:
-Bueno, mañana le digo a papá que eche grasa para las puertas, es que tal vez estén secas, por eso chirría.
-Vale...- Dijo Mary.
Se fue a dormir, con su osito Teddy, le puso de nombre, hasta que se levantó a ir al baño, era curioso, las puertas ya no sonaban, y era media hora después del suceso, no le habían echado nada. Extraño.
me gusto mucho el primer capitulo...
ResponderEliminarme leere el 2do, que ya subiste.
Se ve interesante. :D
Saludoss..!!
Nos vemos
Graacias (:
ResponderEliminarSaludos!